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Costa Rica, el destino sustentable de la “Pura Vida”

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Costa Rica, “el país más feliz del mundo”, “la pequeña suiza de América Latina, “la Meca del ecoturismo”, “la nación sin armada”, colecciona los sobrenombres sin ponerse colorado. Y con razón, una de las democracías más estables de América Latina, un país en el cual se valoran más la educación, la preservación del medio ambiente y la salud pública que el ejercito o el desarrollo del PIB: con el objetivo de convertirse en el primer país carbono neutral del mundo para 2021, 25% de su territorio clasificado en áreas naturales protegidas, 5% de la biodiversidad del planeta, una posición de líder mundial en turismo sustentable, una expresión popular que resume su filosofía: ¡Pura vida! Costa Rica es un ejemplo de destino turístico sustentable a seguir. Naturaleza, paz, felicidad: en tres palabras, toda está dicho.

De visita en este paraíso verde para asistir a la gira académica del Master en Gestión del Turismo Sostenible de la UCI – el más antiguo de América Latina- me consumo de impaciencia por conocer el programa realizado para los estudiantes.

Empezamos la gira con la visita a la Universidad de la Cooperación Internacional (UCI), una institución educativa pionera desde hace 20 años en el campo de la enseñanza del desarrollo sostenible, basada en San José. Su misión : Co-crear soluciones educativas y cooperativas que contribuyen a la construcción de una sociedad inteligente con una ética universal, a través de alianzas participativas, responsables y solidarias. Un modelo vanguardista basado en la educación por competencias, en los Tics, en espacios de aprendizaje dinámico, con un reconocido cuerpo profesoral y con innovadores formatos virtuales o presenciales de enseñanza…la educación del futuro, sin ninguna duda. Más de 3000 graduados originarios de 54 países dan la dimensión internacional de este centro de estudios cosmopolito. Una universidad que se quiere “inteligente, virtual, competente, estratégica, conectada, diversa, flexible, positiva y global”.

Nuestro grupo lo refleja a la perfección: 12 estudiantes, 8 países : México, Colombia, Costa Rica, Chile, Bolivia, Nueva-Zelanda, Argentina, Francia. Una chilena vive en Nueva Zelanda, una boliviana en Estados Unidos, un francés en México….En la UCI, todo está pensando a favor del medio ambiente: botes de clasificación de residuos, señalética visual para ahorrar energía, compostero, mingitorios secos, paredes verdes, jardín y estanques forman una armoniosa atmosfera “desarrollo sostenible”.

El Director del Master Fabián Román, también co-fundador del ITSALyC (Instituto de Turismo Sostenible para América Latina y el Caribe), nos da una cordial bienvenida. Sigue el Rector de la UCI, Edward Müller, que nos imparte una plática temática sobre turismo y cambio climático, resaltando que se necesitaría medio planeta suplementario para mantener nuestro actual nivel de vida debido a la preocupante baja de biocapacidad (Capacidad de un país a conservar sus ecosistemas) de nuestros países. Para él, la pérdida de la biodiversidad es el mayor reto al cual se enfrenta la humanidad. De ahí, la importancia de conservar paisajes, ecosistemas y especies de animales y vegetales. Termina su plática sobre las tendencias del turismo: búsqueda de experiencias auténticas, de cultura viva, de observación de la biodiversidad y de soledad. El Hombre frente a si mismo y a la naturaleza.

En San José, visitamos Cooprena, un conglomerado cooperativo especializado en el desarrollo del turismo rural comunitario que trabaja con 26 organizaciones sociales de todo el país, proporcionando servicios de asistencia técnica, de financiamiento, de marketing y de comercialización, a través de su agencia Simbiosis Tours. Su publicación “Costa Rica auténtica, la guía del turismo rural comunitario” me hace soñar. Pienso en todos esos países que carecen de este tipo de herramienta de promoción para valorar este segmento tan importante del turismo sostenible. 1300 turistas, la mayoría europeos “baby boomers”, visitan cada mes las estructuras turísticas afiliadas a esta dinámica organización. Un impacto considerable para las comunidades rurales de Costa Rica.

Rumbo al Volcán Poás que abriga el parque nacional el más visitado de Costa Rica con más de 300 000 visitantes anuales y recibiendo hasta 3,500 personas los fines de semana. Nombrado Reserva de la Biosfera en 1988, es parte de las 166 áreas naturales silvestres del país. Organiza actividades de ecoturismo, de investigación y de educación ambiental. Unos senderos muy bien equipados nos llevan muy rápidamente en las orillas del cráter- el segundo más importante del mundo por su diámetro (1320 m)- a una altura de 2708 m. Ronald Jímenez, el encargado de los voluntarios no da una conferencia sobre las características del volcán en el gran anfiteatro del Centro de interpretación del parque. El trafico de especies silvestres, los accesos prohibidos, la difícil inserción de las comunidades locales, la falta de personal representan los principales desafíos de este parque nacional.

La siguiente visita fue la de la Finca Rosa Blanca, el primer ecolodge construido en Costa Rica hace unos veinte años por la familia de Glenn Jampol, uno de los pioneros del ecoturismo del país, sobre un antiguo terreno de motocross. El constante y arduo trabajo de sus dueños lograron transformarlo en un magnifico jardín tropical y en una realización arquitectural digna de una obra de Gaudi. Pionera en la eco hotelería de lujo, la Finca Rosa Blanca cuenta también con una plantación de café orgánico que se puede visitar a pie. Un barista anima, a solicitud de los clientes, instructivas sesiones de cata de café. Muy avanzada sobre la cuestión del turismo sostenible, la Finca Rosa Blanca ha sido reconocida con la máxima certificación de turismo sostenible del Instituto Costarricense de Turismo. Danina, la encargada del tema nos da un tour pedagógico durante el cual observamos estas acciones concretas: paneles solares, sistema de limpieza de la alberca por ionización, huerta orgánica, clasificación de los residuos, decoración interior y exterior realizada por pintores locales, apoyo a una escuela pública vecina, abánico de actividades ecoturísticas, los compromisos hablan por sí…

El día siguiente, regresamos a las aulas de la UCI en donde cada uno de los alumnos presenta su país bajo la perspectiva del turismo sustentable. Exposiciones muy instructivas…completadas por una demostración de tango por parte del director del Máster, Fabián Román. La consultora Alejandra Cuña, profesora del curso de “Diseño de productos en Turismo Sostenible” nos presenta el famoso modelo de certificación de turismo sostenible del Instituto Costarricense de Turismo: el Certificado para la Sostenibilidad Turística (CST).

Oficialmente lanzado en 1997 por biólogos, el CST marcó una verdadera innovación en su tiempo como instrumento de medición y de certificación del sector turístico en materia de sostenibilidad turística. Hoy en día, este sistema único en el mundo permite evaluar y certificar hoteles, tour operadores, restaurantes, agencias de renta de autos y parques temáticos. Las empresas certificadas aparecen listadas en el sitio internet del CST, facilitando su identificación por los turistas. Ventaja para los candidatos: La auditoría es gratuita y asegurada por el personal del ICT. Reflejo de una firme voluntad política a favor de un avance tangible del turismo sustentable. Medios, actos concretos, resultados, reconocimiento. ¿ Cuántos países aún están al estado de discursos pomposos, sin resultados concretos ?

Para la etapa siguiente, rumbo al volcán Arenal para descubrir un caso original de emprendedurismo turístico sostenible. En el borde de una terracería, una señalética de madera indica “Rancho Margot, rancho orgánico autosuficiente”. El tono está dado. Llegados en medio de la nada, tenemos la impresión de estar en una película del Señor de los Anillos. La naturaleza es abundante y exuberante, rodeada por el volcán y un magnifico bosque primario del cual surgen fuentes de agua natural. Todos los techos de los edificios están cubiertos de vegetación. El Rancho Margot se encuentra en medio de un magnifico terreno boscoso de 400 hectáreas en la reserva de la Biosfera Agua y Paz de la Unesco.

Leandro, un joven guía “tico” nos espera para darnos un tour de la propiedad. Empieza por contarnos los orígenes de este sorprendente lugar. Hace algunos años, Juan Sostheim, un chileno con una exitosa trayectoria de emprendedor en los sectores de la química, de los productos de limpieza y de la agricultura sufrió un ataque cardíaco. Se cuestiona y decide dar una vuelta de 180º a su vida. En búsqueda de otro estilo de vida, viaja a Costa Rica con su familia para cambiarse las ideas. Durante una visita de la reserva biológica de Monteverde, queda fascinado por los esfuerzos de conservación de este bosque nubloso que abriga 2,5% de la biodiversidad mundial. Se enamora rápidamente de un gran terreno cerca del volcán Arenal que compra para realizar…un viejo sueño de juventud.

El concepto: una granja integrada con un proyecto en constante movimiento hacia la sostenibilidad. La visión : Lograr crear un conjunto de pequeñas empresas para hacer un pueblo autosuficiente. El resultado: una granja ecológica, un eco albergue y una universidad viviente. El circulo está increíblemente virtuoso. 90% de lo que produce la granja es consumido por el personal y los huéspedes. Los muebles y las cabañas fueron construidos con madera local recuperada. La electricidad es generada por turbinas hidroeléctricas alimentadas por la energía de los ríos que atraviesan la propiedad, el gas metano utilizado para cocinar proviene de un biodigestor que funciona por anaerobia con las aguas grises de los chiqueros. El aceite de la cocina sirve de materia prima para fabricar el jabón de los huéspedes, el cual es reciclado a su vez en detergente para la lavandería. El agua que alimenta la parte del hospedaje y la alberca está naturalmente calentada con inmensas mangueras recubiertas de toneladas de composta. Los productos lecheros provienen de las vacas de la granja, la carne de los puercos criados en los chiqueros, las verduras y frutas de los huertos orgánicos. Rancho Margot practica una agricultura libre de substancias químicas. El ganado es alimentado exclusivamente a base de productos naturales. El control del “Just in Time” permite preparar hasta 15 000 comidas mensuales con un solo refrigerador y un congelador. El impacto socio-económico se aprecia con más de 50 empleos locales creados, 12 000 huéspedes y 2500 visitantes atendidos y 60 000 comidas servidas por año. Rancho Margot cuenta con una biblioteca, contrata profesores para mejorar la educación de sus empleados y construye una escuela.

Desde un punto de vista turístico, Rancho Margot propone visitas guiadas de sus instalaciones para mostrar en vivo la sostenibilidad de sus acciones, excursiones a caballo y en kayak en el lago Arenal, así como numerosas caminatas en los alrededores. Su entorno preservado ofrece también varias actividades de bien estar como yoga, masajes, meditación y medicina natural. A nivel cultural, unos músicos “ticos” son regularmente invitados para animar las noches, un artesano enseña la elaboración de cerámicas tradicionales de la región.

Los esfuerzos de Rancho Margot le permitieron obtener el Certificado de Sostenibilidad Turística de mayor grado del ICT, como el “Certificado de Excelencia” de Trip Advisor y el reconocimiento “Best Place to stay” de la famosa guía de viajes Lonely Planet. Por encima de todo, Rancho Margot ha sido la primera empresa en Costa Rica en ser evaluada “carbono negativo”, absorbiendo más C02 que generándolo por sus actividades. Energía limpia, sistema de calentamiento de agua por biomasa, compostaje generalizado, fabricación de gas por de biodigestores, transporte mínimo de los insumos, producción en la misma granja de la mayor parte de los alimentos, contratación y formación de personal local son algunos de las buenas prácticas sostenibles que contribuyeron a estos destacados logros.

“Sí”, como me lo confió una noche Juan Sostheim, mientras degustaba sus deliciosas pizzas a la leña, “el mensaje de Rancho Margot, es que podemos hacer las cosas diferentes y que funcionan !”

Para nuestra última visita, atravesamos magníficos paisajes verdes antes de llegar a la mítica reserva biológica de Monteverde ubicada en el norte de Costa Rica. Creada en los años 50 por un grupo de quakers americanos desertores del ejercito estadounidense, la reserva de Monteverde se ha vuelto un ejemplo mundial de preservación de bosque tropical húmedo y de clúster ecoturístico. Sobre una superficie de 10, 500 hectáreas cohabitan más de 3021 especies de plantas, 755 tipos de árboles, 400 especies de aves, 120 especies de reptiles y miles de insectos. Un verdadero paraíso verde que representa 2,5% de la biodiversidad mundial. Destino ecoturístico por excelencia, Monteverde recibe 75, 000 visitantes anuales, la mayor parte de extranjeros. Nos hospedamos en el albergue del Centro científico tropical, creado en 1962 para facilitar los estudios científicos de la reserva. Cuenta evidentemente con el Certificado de Sostenibilidad turística del ICT. Calentadores solares de agua, clasificación de los residuos, tratamiento de las aguas grises por microorganismos, focos ahorradores, reguladores de agua en las duchas y lavabos, despachadores de jabón y uso de productos biodegradables, plan de gestión de los desechos sólidos y líquidos son algunas de la buenas prácticas puestas en marcha.

Equipados de linternas frontales, realizamos una visita nocturna de la reserva para descubrir la vida animal que vive en plena oscuridad. Avanzando discretamente, alcanzamos a distinguir murciélagos, minúsculas ranas, gigantescas tarántulas y mariposas nocturnas, percibiendo el sonido incesante de los grillos en el profundo de la selva.

Al día siguiente, asistimos a una presentación del “centro científico tropical” para conocer sus orígenes y su funcionamiento. Solamente 2% del territorio de la reserva está abierto al gran público. La capacidad de carga máxima es de 200 visitantes al día. Cuando se alcanza este limite, la reserva cierre el acceso. 10 kms de senderos bien señalizados permiten apreciar la fauna y la flora endémica de la zona protegida. Nuestro compañero y guía tico Luis Alexander nos interpreta de manera didáctica la biodiversidad local. Desde un impresionante puente colgante, solo Andrés el colombiano alcanzo a ver el misterioso Quetzal, esta ave de plumaje colorido tan buscada por los “bird watchers”. Saliendo de la reserva, un extraño cuadrúpedo inspecciona la calidad de la clasificación de los desechos. En Costa Rica, los “Pizotes” son los mejores vigilantes del turismo sostenible.

Manuel Miroglio

«Sostenibilidad es cuestión de actitud…y de coherencia»

Secadora de manos

Hospedado hace poco en un gran hotel de cadena internacional en el marco de un evento profesional, me llamó la atención el mensaje que aparecía en el secador de manos ubicado en uno de sus baños : “Sostenibilidad es cuestión de actitud, utilice una hoja a la vez”. Me dio gusto ver este tipo de mensaje de sensibilización en un establecimiento hotelero de renombre, invitando a sus clientes a recordar que efectivamente la sostenibilidad empieza por un cambio en nuestros hábitos: Tomar duchas más cortas, utilizar una hoja de papel a la vez para secarse las manos, aceptar que no se laven diariamente sus toallas y sábanas,  apagar todas las luces  cuando uno salga de su habitación, etc…” Sin embargo, debo mencionar que había batallado durante un buen rato en la mañana para saber como activar la función de la ducha. Girando la llave al máximo, se desperdiciaba una cantidad tremenda de agua en la tina sin que logrará accionar la ducha. Enojado, terminé llamando a la recepción para que me mandarán alguien de mantenimiento. Diez minutos después llegó el responsable de mantenimiento, explicándome finalmente que se tenía que abrir al máximo la presión de agua de la llave de la tina para luego poder accionar la función de la ducha jalando una palanquita. Y claro, una vez activado, el flujo de agua de la ducha seguía a su máxima presión… “Lastima que no me lo hayan dicho en la recepción o que no lo explicarán explícitamente en un aviso escrito, nos hubieramos ahorrado litros de agua y un buen enojón” dije al responsable de mantenimiento. Tampoco los baños del cuarto contaban con una función de doble descarga. Unos días después recibí un email de encuesta de satisfacción del hotel. Mencioné en mi respuesta la falta de coherencia de su política de sostenibilidad: Está bien que se recomiende utilizar una hoja de papel a la vez en el secador de manos, pero que no se indique como accionar correctamente la ducha termina por generar una experiencia negativa del huésped acerca de su estancia en el hotel y una mala impresión de su política de sostenibilidad que no resulta ser integralmente pensada, implementada, ni hábilmente comunicada. Al final de cuenta descredibiliza la política de sostenibilidad del grupo corporativo, la cual afirma: “Estamos comprometidos a reducir el agua de nuestra huella ambiental y apoyamos las iniciativas de nuestras propriedades que pueden algún día influir sobre nuestros procedimientos a escala mundial…hemos desarrollado múltiples convenios para brindar capacitación y equipamiento que nos permiten gestionar mejor y reducir el uso del agua en nuestros hoteles. El 90% de nuestras propiedades declaran tener duchas eficientes ahorradoras de agua. Las duchas eficientes pueden generar el 30% de ahorros de agua sin impactar la calidad de estancia del huésped.” Al parecer, no tuve suerte, me tocó el 10% de sus establecimientos que aún no cuentan con duchas eficientes…”. Lo positivo fue que el “Front Office Manager” me contestó de inmediato que el hotel iba a tomar cartas en el asunto para mejorar la experiencia de la estancia de sus huéspedes. Concluyo que comunicar sobre la sostenibilidad de un establecimiento turístico no es un ejercicio fácil. Se debe de manejar con cuidado y de manera coherente porque si algunas acciones no coinciden con lo que afirma un establecimiento en su política de sostenibilidad, el resultado puede ser contraproducente en términos de experiencia turística, credibilidad del compromiso e imagen de la empresa. No cabe duda que la sostenibilidad es una cuestión de actitud, pero debe de venir sistemáticamente acompañada de acciones coherentes y verificables por el cliente para que sea creíble y que pueda constituir una ventaja diferenciadora  para el establecimiento turístico.

«Turismo responsable en México, una responsabilidad de todos»

En 1950 se contaban apenas 25 millones de turistas recorriendo nuestra planeta… El 13 de diciembre del 2012, por la primera vez se registró un nuevo récord de viajeros, con la turista un billón, según las estimaciones de la Organización Mundial del Turismo. El turismo se ha convertido hoy en día en uno de los sectores económicos más importantes del mundo. En México, duodécimo destino turístico internacional,  este sector ocupa el tercer lugar en generación de ingresos y provee  2 millones de empleos directos y más de 5 millones indirectos. Sin embargo, varios estudios han demostrado que esta « industria sin chimenea » tiene impactos económicos, sociales y ambientales sobre los territorios y poblaciones donde se desarrolla : Concentración del capital entre grandes empresas, precaridad de los empleos, explotación de la mano de obra, turismo sexual, folklorización de los pueblos indígenas, conflictos para el acceso al agua o a las mejores tierras, destrucción de áreas naturales, contribución al calentamiento global por sus emisiones de CO2 en la atmósfera…De allí surge la noción de turismo responsable donde todos los actores deben reconocer y asumir su parte de responsabibilidad en la cadena turística, incluyendo los turistas y sus formas de viajar. Por ello, en el 2002, en la ciudad de Cap Town en África del Sur, un total de 280 delegados de más de 20 países, representantes de varias empresas, instituciones y ONG’s se juntaron en la conferencia internacional sobre el turismo responsable en los destinos, en paralelo a la Cumbre Mundial de la Tierra, para discutir de esta temática. Así definieron el turismo responsable como un turismo capaz de :

Reducir al mínimo los efectos sociales, económicos y ambientales;

Generar mayores beneficios económicos para la población local y mejorar el bien estar de las comunidades anfitrionas,

Mejorar las condiciones de trabajo y el acceso al mercado de trabajo,

Involucrar a las personas locales en las decisiones que afectan sus vidas y las oportunidades,

Llevar contribuciones positivas a la conservación del patrimonio natural y cultural,

Ofrecer las experiencias más interesantes para los turistas a través de conexiones más significativas con los residentes locales, a partir de una mayor comprensión de la diversidad cultural, social y ambiental,

Proporcionar el acceso a las personas con discapacidad,

Ser culturalmente sensible, al fomentar el respeto entre turistas y anfitriones, el fortalecimiento de la confianza y el orgullo local.

En México, el turismo rural, el ecoturismo comunitario, el turismo de aventura – lo que llamamos comúnmente el turismo alternativo – pertenecen a la gran familia del turismo responsable que podría entenderse como un turismo que maximiza los beneficios para las comunidades locales, minimiza los impactos  socio-ambientales negativos y ayuda la gente a conservar sus culturas y tradiciones locales.

México se encuentra dentro de los cinco países de megabiodiversidad y de pluriculturidad del mundo con sus 68 grupos indígenas.  Cuenta con una gran diversidad geográfica : Selvas y desiertos, planicies y montañas, lagunas y playas a lo largo de sus 2 millones de km2. 164 áreas naturales protegidas fueron decretadas para proteger su extraordinaria fauna,  flora y variedad geológica. Verdadera reserva natural de América Latina con sus 30 000 especies de plantas, 1 000 especies de aves, 950 especies de cactáceas, primer país en el mundo por su número de reptiles y segundo por sus mamíferos, México debe privilegiar la práctica de un turismo responsable por el bien de todos, tanto para sus habitantes como  para sus visitantes. Por ello, preservar los atractivos naturales y culturales de México, a través del turismo responsable, es una responsabilidad de todos.

Sitios de interés para practicar el turismo responsable en México :

www.rita.com.mx

www.cdi.gob.mx/turismo

www.amtave.org

«Enseñanza sobre experiencias de ecoturismo comunitario»

Recién llegado en México, he tenido la oportunidad de trabajar sobre unos proyectos de ecoturismo comunitario en las zonas rurales del sur del estado de Guanajuato. La Secretaria de Turismo del Estado de Gto contrató  a un grupo de consultores del cual formaba parte, en el marco de un programa de acompañamiento de empresas turisticas rurales. Se trataba de acompañar durante seis meses tres comunidades campesinas en la consolidación de sus proyectos turísticos, en la mayoria basados en una infraestructura básica construida alrededor de presas situadas en zonas rurales.

Hubo cinco fases del acompañamiento :

1/ El diagnóstico con el análisis de su inventario turístico y de sus potencialidades ;

2/ La planeación estratégica donde se definieron su misión, visión y valores, se elaboró un plan de acción estratégico y se decidieron las actividades turisticas de cada comunidad ;

3/ Capacitación : se realizó un diagnóstico de necesidades de capacitación para desarrollar ciertas habilidades de los miembros de las comunidades ;

4/ Implementación : se puso en marcha el plan estratégico y se realizó una evaluación de las actividades turísticas durante Semana Santa ;

5/ Evaluación : se evaluó el cumplimento de los objetivos y se definió una ruta critica a seguir.

Lecciones aprendidas

Que la implementación de tales proyectos requiere más tiempo y recursos para tener realmente un impacto en las comunidades ;

Que hay que analizar al inicio a profundidad los intereses de todas las partes involucradas ;

Que más vale conocer fuentes alternas y complementarias de financiamiento ;

Que cada comunidad tiene su contexto particular en cuanto a su historia, su estructura social, su proceso de toma de decisiones, sus motivaciones, sus conocimientos, su nivel socio-económico, su capacidad de organización ;

Que uno de los primeros pasos esenciales es consolidar la organización comunitaria y fortalecer su vision emprendedora ;

Que el nivel de involucramiento de las comunidades es mayor y su participación más eficaz si se consideran desde el inicio del proyecto en la fase de planeación ;

Que las comunidades necesitan ser acompañadas en todas las fases : estudio de factibilidad, planeación, ejecución y seguimiento del proyecto ;

Que haya un respaldo y un apoyo constante de parte de las Secretarías de turismo y municipios en la ejecución y el seguimiento de estos tipos de proyectos comunitarios ;

Que la infraestructura turística sea adecuada al entorno natural y complementamente terminada para que arranque más rapidamente este tipo de proyecto ;

Que haya una comunicación clara, fluida y eficaz entre los consultores, los municipios y las comunidades involucradas.

Factores  de éxito

La mayoria de los proyectos éxitosos de ecoturismo comunitario en México deben su buen desempeño a varios factores y actitudes : una visión común a largo plazo desde el inicio, una gran voluntad colectiva para superar las dificultades y sacar su proyecto adelante, un involucramiento  real de todos los miembros de la comunidad, una fuerte organización comunitaria, una conciencia común de la riqueza de su patrimonio cultural y natural, una capacidad para ir a buscar los fondos y apoyos necesarios para acompañar el desarrollo del proyecto, una constante capacitación de todos los miembros de la comunidad, un deseo de compartir los conocimientos adquiridos entre todos, el tener certificaciones para mejorar su desempeño empresarial (Programa Moderniza) y ambiental ( Norma NMX 133 de ecoturismo), una observación de las mejores prácticas de la competencia, la reinversión de sus beneficios en el proyecto y no tanto entre los socios,  la preservación de su medio natural y de sus tradiciones, la consideración del ecoturismo como una fuente complementaria de recursos pero no la única, la diversificación de su cientela y de sus canales de comercialización y sobre todo tener fe y perseverancia en su proyecto.

Falta mucho por hacer en todo el territorio de México para fortalecer los proyectos de ecoturismo comunitario pero afortunamente existen ejemplos inspiradores, tales como los Pueblos Mancomunados en la Sierra Norte de Oaxaca, el centro ecoturístico de Patzingo en Michoacan, la red de ecoturismo de los Tuxtlas en Veracruz…así que ánimo verde !

«Community first: a bottom up approach to sustainability» (Publicado originalmente en la revista SOST

«Comunidades primero: una filosofía de la sustentabilidad desde abajo hasta arriba. «

Se conoce como Community-Based Ecotourism (CBET) en los países anglosajones y como ecoturismo comunitario en los países latinos. Este concepto define un tipo de turismo que busca el empoderamiento de las comunidades locales para generar y controlar directamente sus propias actividades turísticas, permitiéndoles fomentar su desarrollo y bien estar en el respeto del medio ambiente. La mayor parte de los beneficios deben permanecer en la comunidad.

Según el WWF, se trata de “una actividad cuya planeación y gestión económica, social está realizada por la comunidad, involucrándose en la conservación de sus recursos naturales y su integridad cultural, promoviendo entre los residentes y los visitantes el respeto del patrimonio natural y cultural, aumentando la conciencia económica, ambiental y política sobre los beneficios de la conservación y de la sostenibilidad de los recursos turísticos.»

Ecoturismo comunitario – la experiencia Mexicana

En México, varias experiencias de ecoturismo comunitario han demostrado que un enfoque desde la base con las comunidades es la mejor manera de garantizar su sostenibilidad en el futuro.

Visión a largo plazo, valorización de su patrimonio cultural y natural, fuerte voluntad y dedicación al esfuerzo común son generalmente los factores que producen resultados significativos para las comunidades.

  • Los Pueblos Mancomunados

Entre ellos se encuentra el proyecto de ecoturismo comunitario de los Pueblos Mancomunados, que consiste de ocho pueblos zapotecos ubicados en el estado de Oaxaca, en el bosque milenario de pinos de la Sierra Norte, clasificado por el WWF como uno de los más viejos ecosistemas del planeta.

Desde siglos, los Pueblos Mancomunados tuvieron que vivir de su excepcional patrimonio natural, como la explotación del bosque y otras actividades relativas. En 1988, ocho pueblos decidieron unir sus esfuerzos para crear un destino único de ecoturismo basado en el diseño de 120 kms de senderos en un territorio de 2, 900 hectáreas.

Construyeron confortables cabañas, áreas de acampamento, puentes colgantes, tirolesas, comedores comunitarios, criaderos de truchas y de venado de cola blanca y temascal tradicional. Una amplia gama de actividades como la caminata, la cabalgata, la bicicleta de montaña, observación de la fauna y de la flora fueron desarrolladas para aprovechar de los recursos naturales : paisajes magníficos, cañones, cuevas, barrancos, cascadas de agua y miradores. También, las fiestas tradicionales como el festival del hongo en Guajimoloyas son una buena razón para conocer esos pueblos pintorescos.

Las comunidades están organizadas por pueblo para vigilar los incendios, la talla ilegal y los cazadores furtivos y todo lo que pueda poner en peligro la naturaleza. Los Pueblos Mancomunados también cumplen con la certificación de ecoturismo y los programas de reciclaje son comunes en los pueblos. Hoy en día 15,000 ecoturistas (50% extranjeros, 50% nacionales) visitan este destino cada año. El impacto económico y social puede ser apreciado a través de la creación de 45 puestos de tiempo completo que benefician a 80 familias.

En el 2002, los Pueblos Mancomunados recibieron el premio del mejor destino de ecoturismo de su tipo por la revista estadounidense Conde Nast Traveler y fueron elegidos como el mejor destino de ecoturismo en la Feria de Ecoturismo y de Turismo de Aventura de México.

¿ Cómo se aplicó la sostenibilidad turística en el caso de los Pueblos Mancomunados ?

Desde un punto de vista social, los pueblos han trabajado juntos desde el inicio del proceso, involucrando hombres y mujeres a la vez. Reconocieron el valor de su patrimonio natural y cultural, construyeron una sólida organización comunitaria, apoyándose sobre el tequiu (trabajo comunitario voluntario) y conservaron su tradicional modo de vida y dedicaron años de esfuerzos para lograr intereses comunes.

Desde un punto de vista ambiental, identificaron los recursos naturales excepcionales de sus bosques milenarios como su mejor atractivo y decidieron preservarlo, estableciendo un estrictas reglas de protección de la fauna y de la flora, actividades de turismo de naturaleza de bajo impacto, implementando reciclaje y eco-tecnologias, cumpliendo con la norma mexicana de ecoturismo y buscando financiamiento verde en embajadas y ONG.

Desde un punto de vista económico, establecieron una estrategia a largo plazo basada en la idea de pasarle a las próximas generaciones. Vieron el ecoturismo como una actividad complementaria, diseñando productos eco turísticos de clase mundial, crearon su propio tour operador Expediciones Sierra Norte en Oaxaca, capacitándose de manera constante con programas profesionales del sector turístico. Buscaron fondos a nivel regional, nacional e internacional y reinvertieron sus ganancias en la salud, la educación y medios de transporte.

Pantzingo. San Juan Nuevo Parangaricutiro

Otro proyecto destacado es aquel de la comunidad de San Juan Nuevo Parangaricutiro en el estado de Michoacan. Después de la destrucción de su pueblo original por la erupción del Paricutin en 1943, desplazaron sus tierras de cultivo y reconstruyeron su pueblo cerca. Hasta los 70´s, sus bosques habían sido gestionados por compañías privadas, afectando la vegetación, sin mencionar las consecuencias de la talla ilegal de árboles, plagas e incendios forestales.

En 1981, la comunidad decidio retomar el control de sus bosques con la ayuda de académicos y ONGs. Diseñaron un nuevo plan de manejo forestal bajo un enfoque de sustentabilidad.

30 años más tarde, se ha convertido en una de las mejores comunidades organizadas y gestionadas de America Latina. Un conglomerado de 20 diferentes empresas ha sido creado para explotar 12,000 ha de bosques, empleando 950 personas de la comunidad purépecha en los aserraderos, embotelladoras de agua, supermercado comunitario, proyecto de ecoturismo comunitario. Cumplieron con la certificación internacional FSC (Forest Stewardship Council) de manejo sustentable de sus bosques.

El proyecto de ecoturismo de Pantzingo empezó en el 2002 con el apoyo académico de la UNAM y la ayuda financiera de la CDI (Comisión Nacional de Desarrollo de los Pueblos Indígenas). Construyeron cabañas confortables, implementaron eco-tecniás, diseñaron actividades de turismo de naturaleza como expediciones de trekking al volcán Paricutín y las ruinas de San Juan, juegos de habilidades, tirolesa y una reserva de venados de cola blanca. 12 trabajos fueron creados para gestionar el centro de Pantzingo. Hoy en día reciben 400 visitantes al mes y 60 comunidades al año vienen de todo México para aprender sobre su experiencia.

¿ Cómo se aplicó la sostenibilidad turística en el caso de Pantzingo ?

El punto de partida de esa comunidad fue reconocer sus bosques como su más importante recurso. Luego, la idea de retomar el control de su ordenación territorial fue decisivo para implementar un plan de manejo forestal sustentable, siguiendo la certificación FSC. El espíritu de emprendedurismo jugo un papel clave en la creación de 20 empresas.

Desde la perspectiva social, una solida organizacion comunitaria y la colaboracion con universidades y ONGs los ayudaron a implementar mejor su proyecto.

Desde un punto de vista ambiental, la adopción de eco-tecnías, el cumplimiento de la certificación FSC y de la norma mexicana de ecoturismo NMX 133 les permitieron preservar su medio ambiente.

Finalmente, desde un punto de vista económico, el acceso a financiamiento nacional e internacional, el benchmarking de proyectos ecoturisticos similares, la diversificación de sus clientes y la reinversión de sus beneficios en la infraestructura turística aseguraron la competitividad de su destino eco turístico.

Como lo demuestran esos ejemplos, aplicar la sustentabilidad turística de manera integral  es la mejor manera de garantizar que perduren los proyectos de ecoturismo comunitario  a largo plazo, generando los beneficios sociales, ambientales y económicos esperados, los cuales no solamente afectan su vida pero también aquella de las generaciones futuras. En otras palabras, el ecoturismo comunitario sigue claramente los principios del turismo responsable tal como vienen descritos en la Declaración de Cap Town de 2002. Debería ser apoyado tanto por el sector público como privado.

5 comentarios en “Blog

  1. interesante conocer desde sus experiencias saludos desde mi Pais Ecuador desde un lindo rinconcito de el de gente hospitalaria SALINAS

  2. Muy interesante conocer sus experiencias y conclusiones en cuanto al Ecoturismo Comunitario. Conozco alguno de los ejemplos! Tuve la suerte de visitar los Tuxlas el pasado año y espero volver a Mexico pronto!!

  3. Exacto Manuel, el acompañamiento puede tomar años!, y siempre lo comparo como a un hijo, el que sepa leer, escribir y salga de la primaria, no significa que esté listo para el resto de la jornada. Un ejemplo que debes considerar a visitar es http://www.ecoturismolamancha.com/ años y años de trabajo y solo así se consolida un negocio comunitario. Además, son ellos los que ahora pueden y deben promover estos conceptos, ya que la visión patrimonial de sus recursos naturales y culturales, es ahora la base de esta nueva alternativa. Espero pronto poder coincidir contigo y charlar sobre estos temas. Saludos y felicidades por tu trabajo.

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